EL «CORAZÓN» O LAS «ENTRAÑAS»
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- La oración no es un asunto intelectual, afectivo, sentimental, moral o filosófico. La oración depende de un sentido o facultad interior que sólo actúa en contacto con Dios, dejando todo lo demás tal cual, o mejor dicho, «convirtiendo» la inteligencia, la afectividad, la moral, la religión y la sociabilidad en el sentido de Jesús.
- Dios nos ha dotado de una facultad o sentido interior, superior para entrar en contacto con El. La biblia lo llama «corazón» o «entrañas». Jesús lo identifica a lo más interior que hay en el hombre (ver Marcos 7:21). Esa facultad se parece a la intuición que nos permite ver el fondo de los demás. Pero ese corazón se rebela, a causa del pecado, se endurece, se enceguece y pierde la capacidad de amar, de conocer y de ver.
- Por el Espíritu Santo de Jesús obtenemos un «corazón nuevo» que nos permite vivir de un modo nuevo.
- El «corazón nuevo» de cada bautizado no funciona cuando no se lo usa. No es un instinto, porque los instintos son determinados y se prenden y apagan según la excitación exterior. Ese corazón nuevo necesita ser «entrenado» para relacionarme personalmente con Dios. Necesita que la libertad sea sanada de sus extravíos.
- ¿Cpomo se despierta y desarrolla el «corazón nuevo»? Mediante la oración. ¿Qué oración? (Porque existen varias formas de oración: litúrgica o comunitaria, colectiva, personal improvisada, repetitiva de jaculatorias, vocal, etc.). La oración que se trata aquí es una «oración interior»:
- Es una oración que va a Dios por Dios mismo
- Es una oración que entabla una relación de amor, e.d. personal.
- Es una oración que busca la comunión y el conocimiento.