El amor verdadero no acepta lo malo.
El perdón supone que el perdonado condena lo que ha hecho (se arrepiente). No se
puede perdonar a una persona que no quiere rectificar el juicio sobre la maldad o no
desea ser peerdonado, porque lo tomaría como irresponsable. Sólo puedo perdonar lo
que se hizo contra mí. Un amor verdadero no puede aceptar lo malo: no se puede
disculpar.
El amor a una persona no quiere decir desearle que viva sin aflicción, sino que esté
en el bien y la verdad. En los casos concretos es muy difícil distinguir entre eximir de
culpa y perdonar, lo mismo que entre debilidad y pecado.
En qué consiste amar verdaderamente a una persona. Nadie quiere perder a su ser
amado y nos aterra de pensar lo que les puede suceder. Deseamos que suceda un
milagro para que los seres amados puedan librarse de una traición o del deshonor. =