El amor: !qué hermoso que vivas!
J. S. Bach compuso la cantata 33 con un aria bellísima que dice: “Oh Dios que te
llamas a ti mismo el Amor”. Es verdad, el amor es una acción que atribuimos a Dios, e
incluso es idéntico a Dios. Por eso, el evangelista Juan dice: “Dios es amor”.
¿Cómo es posible que haya una sola palabra con tantos significados? Debe haber
una respuesta para esa pregunta, ¿o será que los afectos descritos tienen una base
común?
En todas las formas de amor (personas que se aman, padres a hijos, hijos a padres y
abuelos, ciudadanos a la patria, alegría de estar con el amigo, satisfacción de haber
ayudado a un necesitado, afición por la música) consideramos buena a esa persona o
esa realidad.
El amor auténtico dice sin cesar estas palabras maravillosas. “Es bueno que existas.
Me alegro muchísimo de que haya alguien como vos en el mundo. Gracias a Dios que
existes”.
No las puede decir una mujer que sedujo a un varón, o se casó porque era lindo o
rico. Al contrario, lo deja de lado como inservible y se dedica a “sus” hijos y parientes,
como una mártir. Esas mujeres son capaces de escribir un mensaje así: “Te
amooooooo”. Sin embargo viven una vida vacía. Y serán unas viejas resentidas.
Las personas que aman viven alegres y felices hasta la ancianidad, cantan, trabajan,
oran, ayudan con generosidad y entregan si vida olvidándose de sí. Eso es el amor. A
ellas hay que decirles: “Qué bueno que vivas”.