El amor pertenece a la voluntad

El amor pertenece a la voluntad

No es lo mismo estar de acuerdo que afirmar con entusiasmo. Hay diferencia de
intensidad, aunque son dos actos de la voluntad. Cuando digo: “Quiero que existas”,
expreso un acto de mi voluntad.
La voluntad no trata sólo de lo que se debe hacer, sino también de las fuerzas
íntimas con las que mostramos el cariño, la bondad, la ternura, la amistad, la
compasión. Esa manía de disminuir la voluntad al mero hacer, al activismo, se da
también con la inteligencia, reducida sólo a pensar. La inteligencia obra también en los
momentos de silencio, cuando paramos de hacer y dejamos de pensar. En ese
momento de silencio recibimos contenidos mentales y soluciones para la vida,
imposibles de lograr con el sólo pensar.
Cuando pensamos estamos buscando; en cambio, cuando nos conectamos con Dios
en el silencio, ya encontramos. Al pensar estamos tensos por el futuro; al guardar
silencio junto a Dios estamos serenos por el presente.
Además de querer hacer existe aceptar el presente. Es importante que sepamos que
al afirmar el presente, estoy amando. Porque el amor es tender hacia lo bueno que ya
tenemos o vamos a tener. Por eso, el que hace provoca alegría; en cambio el que ama
se alegra de todo.
La voluntad humana es, en primer lugar, la fuerza o tendencia para amar; y recién
después la capacidad de elegir para hacer. +

Post a Comment

#SEGUINOS EN INSTAGRAM