DAR UN PASO ADELANTE
Como Jesús no tenía miedo, no se paralizaba. En nuestro caso, los miedos nos estancan y nos dejan inmóviles. Hay personas que si no ven todo el panorama no dan un solo paso adelante. Hay gente a la que hay que explicarle «todo» y al fin tampoco se mueven. Jesús iba adelante, dice el Evangelio.
¿Alguna vez oíste hablar de la «beata» Ma. Antonia de Paz, del cura José Gabriel Brochero, de Mons. Gustavo J. Franceschi, del papa Juan XXIII? La primera en el s. 18 fundó la «Casa de ejercicios» en Buenos Aires, aunque el obispo no la quiso recibir durante dos años; Brochero evangelizó media provincia de Córdoba, San Luis, La Rioja y San Juan en el s. 19; Franceschi usó la radio para anunciar a Cristo a principios del s. 20, y el beato Juan XXIII se largó a convocar un Concilio ecuménico en 1959 para reformar la Iglesia. Ellos no sabían adonde iban, y sin embargo marcharon al frente.
Y yo… ¿soy capaz de dar un paso adelante, aunque no vea toda la foto?