Cuando perdemos la confianza en Dios
Cuanto pesa la desolación, cuando nos viene la tentación de no creer en Dios o que no nos ayuda, no tenemos ganas de rezar.
Hoy Jesús nos dice: Felices los afligidos porque serán consolados. Y san Pablo también lo dice: Dios Padre nos consuela en cada tribulación que pasamos. El pasó por tribulaciones y consolación. Y el salmo también lo dice: El pobre grita y Dios lo escucha.
En medio de las dificultades tenemos que luchar. ¿Cómo? Con la oración. Es una oración más difícil cercana a la Cruz de Jesús.
Entonces nuestros sufrimientos son los sufrimientos de Jesús en
nosotros. Sólo cuando llega el alivio y el consuelo de Dios, podemos decir: Qué bueno es el Señor. Tenemos que conocer el valor de la tribulación y sabe que llega la ayuda en las pruebas, cuando nos mantenemos firmes en la Fe y junto a la Cruz hasta que llegue la victoria.
