Conquista de la libertad cristiana
Me refiero a luchar para superar los obstáculos sociales, las rutinas colectivas, los
egoísmos grupales. La voluntad de grupo ejerce una presión e impide la aspiración a
la libertad. Las rutinas se hacen hábitos. Engendramos nuestros miedos y obstáculos,
y caemos de nuevo en el cautiverio. Precisamos examinar nuestra consciencia y
renovarnos con energía en el espíritu y en los actos. Solo cuando nos dejamos guíar
por el Espíritu Santo entramos en la libertad deseada. El problema de la libertad
cristiana es que cuando la poseemos debemos abandonarnos al Espíritu Santo, para
entrar en comunión de amor con Dios y con los demás. No construimos nuestra
interioridad hasta no ser capaces de entregarnos al amor de Dios. Llegados a esta
realidad tan alta, la libertad conoce dramas más difíciles que la lucha entre carne y
espíritu. Necesitamos hacer opciones difíciles para mantenernos en la libertad
conquistada. Descubrimos por fin que la libertad es el centro de la persona. = Aquí
termino el tema de la libertad cristiana, para comenzar mañana el tema del Amor.