Confiar en Dios y no desanimarse por la injusticia

Confiar en Dios y no desanimarse por la injusticia

Comentario 156 – 29o. Domingo del tiempo común – Lucas 18:1-8 

La viuda es pobre y todavía alguien quiere quitarle lo poco que tiene. Ante el juez, su única arma es insistir en que le haga justicia. No pierde ánimo y persevera en su pedido. Vuelve una y otra vez. Es incansable.

   El juez acepta hacerle justicia a causa de su propia fama. No quiere que esa fama se manche. El juez no quiere que la gente diga que no hace su trabajo y que no se interesa por una pobre viuda. Quiere que los demás hablen bien de él. Quiere ser reconocido como justo, pero por dentro es un hombre injusto. El juez tiene un punto débil: no quiere ser expuesto en su pecado. Tiene miedo de que lo conozcan y lo critiquen.

   La viuda, en cambio, confía en Dios y reza día y noche para que no le falten las fuerzas y seguir insistiendo. Dios no dicta sentencias de justicia en este mundo, aunque nos ayuda para que nosotros mismos seamos justos y no injustos. La injusticia está muy metida en la sociedad. Solamente la resistencia interior, que Dios ayuda, nos hace triunfar.

Mons. Osvaldo D. Santagada

Parroquia San Gabriel Arcángel de Buenos Aires

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