Conclusión: consecuencias de negar a Dios

Conclusión: consecuencias de negar a Dios

En una cultura donde hay teólogos que proclaman que Dios ha muerto, florecen el
teatro del absurdo, la literatura del absurdo y las filosofías del absurdo. El absurdo y
esa negación de Dios vuelven a hacer que el Sujeto quede abandonado, descuidado,
inmanente. En nombre de la fenomenología, del auto conocimiento, del encuentro
humano, aparecen pensadores resentidos y despreciativos que borran las antiguas
preguntas sobre la teoría del conocimiento, la epistemología, la metafísica. Las
respuestas antiguas eran defectuosas. Pero, rechazar las preguntas por eso, es
negarse a aceptar esas tres preguntas: ¿qué hago cuando conozco?; ¿por qué esa
actividad es conocimiento?; ¿qué conozco cuando hago esa actividad? Esas tres
negaciones son peores que el descuido del Sujeto, y generan un abandono radical.
Ese abandono se experimenta no sólo fuera de la Iglesia, sino dentro de ella también.
¿Cómo? Cuando vemos que no se capta la posibilidad de un diálogo significativo;
cuando se borra la distinción entre una religión revelada y el mito; cuando se niega la
posibilidad de un conocimiento objetivo de la existencia de Dios y de su bondad.
Estos son los temas graves y urgentes que se deberían estudiar. Hasta aquí llegamos.
Gracias por tu paciencia conmigo.+

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