¿CÓMO SE ATRAVIESA UN MAR EMBRAVECIDO?
La grave crisis por la que atraviesa la sociedad, la política, la economía, la cultura y la religión es parte de una época de grandes tribulaciones para la gente.
No se trata de crear un nuevo Paraíso terrenal. El peligro es serio porque ha crecido la marea de un mundo en el cual cada uno hace lo que quiere y no se acepta la Verdad.
Tenemos que encontrar el modo para ser fuertes en la Fe. Necesitamos una nueva manera de vivir como cristianos estables, y probados. Si, precisamos una forma que ordene nuestro interior, para reunir lo que está disperso en nuestro corazón, de modo que estemos orientados a encontrar a Dios y contactarnos con Él. Consiste en lograr una guía, que aplicada con firmeza, discipline la vida que compartimos con los demás. Una guía que derribe los muros que impiden hacer pasar el amor de Dios entre nosotros, y nos haga más flexibles sin endurecer el alma. Sabemos bien cuáles son esos muros: escándalos, indiferencia hacia el prójimo, rutina en el culto, generalizaciones malsanas, crítica sistemática a quienes hacen algo, negligencia en cumplir los deberes, irresponsabilidad con respecto a la comunidad de Fe, el a mí nada me pidieron, creerse mejores que los otros, el yo me confieso con Dios directamente, y cosas semejantes.
No vamos a salvar al mund: al mundo lo salva Jesucritsto. Queremos empezar un tipo de vida católico que sea una isla de santidad y solidez en el mar furioso de la sociedad.
Es menester recuperar la visión de una vida ordenada y centrada en Jesús y en las prácticas imprescindibles para profundizar la conversión y descubrir el amor de Cristo que nos hace plenos.