Aprovechar la oportunidad
Un joven empleado de la oficina de una fábrica textil en Indonesia supo de un grave terremoto en Pakistán. Quiso hacer algo para ayudar a la gente en ese país tan frío. Preguntó y le respondieron que tenían en stock muchos metros de tela de manta, que nunca habían podido vender de modo satisfactorio. Y que su costo era muy bajo.
De pronto, sonó el teléfono. Era un empresario amigo buen comprador de los productos que fabricaban. Estaba conmovido por el tema del terremoto y preguntaba si ellos pensaban ayudar en esa terrible situación. El empleado respondió que tenían buena tela de mantas a costo reducido y que aún nadie había tomado cartas en el asunto. El que llamaba dijo: “Puedo pagar el costo de las mantas y el envío. ¿Ustedes pueden cortar la tela y hacer rápido las mantas?” El joven respondió: “En 10’ lo llamo”. El jefe dio el OK y de la fábrica dijeron que cortar y hacer un borde cosido era cosa rápida. Llamó entonces al empresario y le dijo: “Nosotros también colaboramos”. Todo salió perfecto. Y las mantas llegaron a destino.
El jefe felicitó al muchacho: “Aprovechaste las circunstancias que se juntaron. Buen trabajo”. Y nada más.
