Activar el cerebro
Insistimos en que la gente cante no para adornar el culto, sino para sanarse. Hoy se estimula de modo eléctrico los nervios de la lengua. Esto hace hablar a los enfermos de esclerosis múltiple. ¡Y también cantar!
Estamos convencidos que el canto religioso es muy beneficioso para las células del cerebro. Al usar bien la lengua en el canto se estimulan dos nervios mayores que están unidos al cerebelo, la parte de atrás del cerebro que controla el ritmo cardíaco, el respiro y la consciencia. No damos valor a esas cosas, pero sin ellas no se vive. El estímulo recibido en el cerebelo, repara las neuronas. No tratamos la esclerosis, sino recobramos las labores dañadas por ella. El cerebro es capaz de cambiar y sanarse solo .
P. Bach pensó que el cerebro se sana solo. Por los años ’60 nadie pensaba eso, pues se creía que el cerebro se fijaba una vez por todas en la adultez y no podía cambiar. Esa idea era falsa. A fines de los ’50, el padre de Bach tuvo un infarto. Los hermanos Bach lo hicieron barrer el corral, en vez de ponerlo en un asilo. El padre recobró las labores dañadas por el infarto. Al estimular la lengua el cerebro se sana.
Los impulsos de la lengua van al cerebelo y de allí: o van a otras partes del cerebro a través de las rutas de neuronas; o estimulan nervios del tejido, que luego llega al tálamo y mueve el cerebro; o estimulan neuronas del cerebelo, que producen y difunden serotonina y otros químicos. Así el cerebelo ordena la acción muscular, el equilibrio, y manda mensajes a ojos y oídos, y señales a los músculos del respiro, voz, habla y tragar.
Cuando se empieza a educar, el equilibrio, la memoria y la atención mejoran. Ahora estudian el efecto sobre el mal de Parkinson. Estimular la lengua mueve los nervios trigémino, facial, glosofaríngeo y vago. Se activa la lengua con el canto, exagerando las consonantes. Sabemos que el canto está ligado a la salud. Ahora hay que cantar en cada Misa para recobrar las neuronas. Es indispensable en las comunidades que cantemos con toda convicción y entusiasmo, porque al hacerlo damos gloria a Dios y al mismo tiempo hacemos lo que Jesús quería: detener la destrucción en la vida. Así obró Jesús sanando enfermos y así se sana el pueblo que participan del culto. +
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